jueves, 4 de marzo de 2010

Alano


El alano español es una raza de perro de tamaño medio autóctona de España, de orígenes muy antiguos.

Moloso ligero de presa y corredor. La funcionalidad tradicional es el manejo de ganado bovino bravo y semibravo, de tronco ibérico, en régimen extensivo, así como la caza mayor, como perro de diente para la sujeción de ciervos y jabalíes. Su aplicación moderna es de guarda y de defensa, así como para guarda de ganado frente a cualquier tipo de depredador.

La existencia de alanos en España data de hace varios siglos, aunque no está muy claro cual fue su origen. Algunos creen que esta raza de moloso fue extendida por Europa por los alanos en el siglo IV y que fue llevada a la peninsula iberica y al norte de África por los vandalos.
En 1350 publica el rey Alfonso XI su "Libro de la Montería", y en el siglo XV se publica el "Tratado de la Montería", anónimo, en el cual se realiza una profunda descripción somática del perro. Cuando se hablaba de perro alano todos sabían que se trataba de un presa corredor que para justificar su nombre debía reunir determinadas características: con cabeza fuerte, de proporciones longuilíneas, grupa alta y buenos huesos. También su carácter quedaba claramente definido por su función de perro de agarre; "no tomando por hambre ni por premio, sino por naturaleza derecha que le dio Dios" (hoy lo llamamos instinto de presa). De lo que no cabe duda es de que estos perros estaban muy extendidos, como lo prueba su aparición en pinturas, por ejemplo los alanos que plasma Velazquez en La cacería del hoyo, que se encuentra en la National Gallery de Londres, los de Goya en su Captura de un toro o los de un grabado del romántico francés Blanchard. Asimismo son nombrados por Cervantes y Lope de Vega alanos de los tercios.
Se cree, según la hipótesis más probable, que llegaron a la península Ibérica, acompañando al pueblo alano, poco después de la caída del Imperio Romano, sobre el siglo V. Se trataban de ejemplares robustos y primitivos, los alanos utilizados principalmente para la guerra, la caza y la ganadería. Más tarde, sus inmejorables cualidades psico-físicas (robustez, valentía y nobleza) hacen al alano jugar un notabilísimo papel como miembro de los ejércitos españoles, especialmente durante la conquista del continente americano. Las primeras referencias escritas sobre el alano aparecen en el medievo, de la mano de Gonzalo de Beceo, en 1247. Datos más completos los encontramos en 1347, en el libro de la montería, de don Alfonso XI “El Justiciero”. Otras menciones de importancia sobre el alano, digna de mención se produce en Utrera en 1603, por parte de fray Frncisco de Tamayo.
El alano es avalado principalmente por su enorme valentía, haciéndose especial mención a la hora de enfrentarse con el jabalí, despreciando incluso su propia vida. Durante estos siglos sus funciones han variado poco: perro de guerra, ganadero (especialmente para el bovino), caza mayor y guardería. Es en el siglo XVIII cuando aparecen los primeros testimonios escritos del alano, sobre su participación en la fiesta del toro bravo.
Sus cualidades traspasarán las fronteras españolas, llegando a ser muy significativas las exportaciones, no solo al continente americano, sino incluso, a países como Francia, Inglaterra, Alemania..., con el fin de mejorar sus propias razas, especialmente el bulldog inglés y el dogo de Burdeos. Incluso la prensa internacional se hace eco de sus características, tal y como ocurrió en 1873, en la prensa británica, donde se describe minuciosamente a un ejemplar de presa español (alano), llamado Toro y dice así: “...luchando sujeta a su adversario únicamente por la cabeza, es silencioso e inmune al dolor...”.
A finales del siglo XIX o comienzos del XX, comienza el declive del alano, motivado por múltiples factores: exclusión de los ejércitos, cambios en la tradición de la montería y la actividad ganadera, exclusión definitiva de la fiesta del toro y costumbre, por parte fundamentalmente de nuestros políticos, de dar más valor a lo ajeno que a lo propio. Esto produjo la sustitución progresiva de los alanos por otras razas importadas, en la mayor de las veces, de una manera injustificada. Años después, se llega incluso a especular sobre la posible desaparición de los alanos, puesto que su última aparición publica se produce en Madrid, en el año 1963 (exposición en el parque del Retiro). Pero no habían desaparecido, quedaron algunos resquicios poblacionales en determinadas áreas marginales, de difícil acceso, como son ciertos montes de Cantabria, País Vasco, Burgos, Salamanca… Dichos resquicios de población lograron sobrevivir gracias a sus cualidades funcionales, puesto que para los ganaderos y cazadores de la zona, ajenos a toda moda y con un envidiable sentido de la practicidad, sencillamente no había un animal mejor para esos cometidos que el alano.
Hoy en día, y gracias a la excelente labor de recuperación de algunos profesionales y estamentos públicos, los alanos continúan formando parte inseparable, de nuestro pueblo y de nuestro futuro. El alano de hoy en día, prácticamente, se mantiene inalterado, se trata de un perro de presa medio, fuerte, ágil y muy serio. Especialmente dotado para el manejo de ganado bovino, para la caza mayor y para la guarda. Poco ladrador por naturaleza, muy resistente tanto al dolor como a las enfermedades, suele mostrarse receloso y desconfiado con los extraños y sumiso y muy cariñoso con su dueño y familia.
El alano es un animal lento en su desarrollo, alcanzando su madurez, física y psíquica, sobre los dos años. A partir de ese momento nos encontraremos con un animal poderoso, serio, decidido y muy noble. Como se trata de un perro seleccionado primordialmente por su predisposición al trabajo, existe cierta variedad de “tipos”, desde los alanos más ligeros, especialmente dotados para la caza, hasta los alanos más pesados, ejemplares mas actos para la actividad ganadera y para la guarda (líneas ganaderas o antiguo perro de toro). Quizás en los últimos tiempos se esté prestando menos atención a estos últimos, en pro de las líneas más acordes para la caza. Tal vez, muy pronto, los amantes de este tipo de alano (perro de toro), tengan que plantearse su viabilidad como raza independiente, para así, poder ocupar el sitio que le corresponde, por derecho y por historia.

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